lunes, 2 de marzo de 2020

Sobre la falsa conciencia y los fantasmas homosexuales



EQUIVOCOS EN EL PSICOANÁLISIS

El psicoanálisis es la teoría del campo de las ¿ciencias del signo? que más equívocos transmite en sus nociones, conceptualizaciones, etc. Quizás sea producto de que no hay un solo psicoanálisis y son cientos los que hablan basándose en Freud, en Lacan, etc. También es producto de los temas que decidimos hablar los psicoanalistas: amor, deseo, goce, etc. En el último tiempo, a partir del fuerte avance de las teorías de género, es que resurgieron aún más mal-entendidos desde esas teorías hacia el psicoanálisis y los psicoanalistas.
Es por eso que, en esta nueva sección del blog, me propongo abordar algunos de estos equívocos. Como estas vacaciones de Enero 2020 estuve leyendo distintos autores, algunos en sintonía con lo que pienso publicar, otros simplemente por el placer de leerlos, me encontré con una inquietud que se presenta en distintos libros de Silvia Bleichmar. Me parece un problema muy bien planteado y un equívoco que circula en algunos nóveles analistas o psicólogos con lectura psicoanalítica, me refiero al problema de la falsa conciencia que tienen que ver con sustancializar al inconsciente, como si el inconsciente fuese ese lugar donde está el verdadero sujeto. Es así que en “Las teorías sexuales en psicoanálisis” plantea:
Entonces, me interesa mucho esta desubjetivación como una forma de repensar los modelos clínicos, las formas de intervención. Y, sobre todo, para no sustancializar el inconsciente. Porque, en la medida en que uno le dice a alguien: ‘En el fondo lo que usted quiere es eso’, lo que está expresando es que todo el resto es epifenómeno, es engañoso. No que el preconsciente y el yo tienen su densidad, y que el inconsciente tiene otra y son dos instancias diferentes, no: se está manifestando que todo es “falsa conciencia”, que la verdad está en el fondo. Y creo que esto no tiene nada que ver con el psicoanálisis.” (Página 26)
Es muy interesante el planteo que introduce Silvia Bleichmar, ya que nos conecta a un equívoco muy frecuente, pensar que en el análisis de las fantasías inconscientes estaría “el verdadero sujeto oculto”. Es decir, si un sujeto heterosexual presenta fantasías homosexuales se cree que el verdadero sujeto oculto es aquél que se esconde tras la fantasía. Es un razonamiento simple del estilo de cierto reverso de la identidad sexual: es el que atribuye “homosexualidad inconsciente”, por ejemplo. Sin entender la emergencia de deseos contradictorios con la que se construye la sexualidad en sujetos heterosexuales. Es por ello que en “Paradojas de la sexualidad masculina” plantea:
Ante la emergencia de fantasmas llamados homosexuales de orden universal, se torna necesario dar un nuevo giro a la formulación de una “bisexualidad constitutiva”, y buscar en ellos los modos generales de implantación de la sexualidad llamada “normal”. Y así como Freud definió la constitución de la feminidad a partir del sinuoso camino que lleva a la mujer de la renuncia del pene propio a la búsqueda del pene del hombre, es indudable que el proceso de constitución masculina no se articula sino sobre el movimiento mismo de la diferencia entre anatomía y virilidad. Y respecto a esta última, atraviesa el complejo camino de recibir de otro hombre los atributos que la instauran, en razón de la pasivización feminizante que marca los orígenes de la vida.  (Página 50)
Me parece importante para inaugurar esta nueva sección vincular dos equívocos frecuentes: por un lado, sustancializar el inconsciente y, por otro, creer que hay un verdadero sujeto sexual que se esconde luego de analizar las fantasías. Es importante en esta época, en donde la sexualidad masculina esta puesta bajo sospecha, poder revisar estas nociones ya que nos lleva a plantear que la heterosexualidad masculina se construye sobre la base de fantasmas que pueden ser considerados como homosexuales. Desconocer esto es desconocer que asumir una posición heterosexual conlleva a fantasías pasivizantes, ya que se la recibe de otro hombre.
Gabriel Artaza Saade


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