martes, 19 de noviembre de 2019

“Del analista y su acto en la clínica con niños”



Para comenzar, intentaré definir qué se entiende por "acto analítico" para ponerlo luego en relación al trabajo en la clínica con niños.
El Acto analítico se ubica en una ética y no en una moral del analista, allí donde se pone en juego el deseo de analizar, pues hace trabajar al analista  siendo un acto que paradojalmente implica una abstinencia. Se podría afirmar que para que alguien devenga  en posición de analista debe estar en lugar de objeto o al menos hacer semblante de ello. Por tanto es un acto que implica un objeto como agente. Es el único cuya acción radica muchas veces en un no hacer aunque también pueda aludir a una acción de corte, dice Lacan que todo analista es aquel que sabe cortar y la eficacia del analista estará en el buen corte. 
Así obtenemos la serie: deseo de analizar, ser agente objeto, hacer semblante de objeto, no hacer, hacer un corte.
El acto analítico implica además, una presencia, requiere de poder estar disponible para ser tomado  desde donde se lo llame y ello dará  lugar a la instalación de la transferencia. 
Ahora bien, qué sucede con el acto analítico en un análisis de niños? Por otro lado, ¿De qué corte hablamos cuando de clínica con niños, se trata?
Muchas veces, nos encontramos diciendo que el análisis con niños es en varios aspectos un enigma, si el trabajo del analista requiere de cierto arte, el trabajo en la clínica con niños en particular será la invención en su máxima expresión. Aquellos que atienden niños y adolescentes, saben que si el análisis es una apuesta, en el trabajo con niños la apuesta se redobla.
Los niños llegan a un análisis sin saber, las más de las veces, porque van, otras veces saben pero no tienen formulada una pregunta al respecto y es por eso que la función de un analista es en primer lugar, habilitar o alojar  la pregunta de quien consulta respecto de qué hace allí, por qué o para qué va, se tratará as adelante de ubicar su posición frente a ello. Ese primer momento implica un viraje. No es lo mismo ser traído a que quiera venir, no es lo mismo hablar de un motivo de consulta que de una demanda de análisis. Sancionar como necesaria la  decisión del niño de venir es condición de un inicio de análisis.
Ahora bien, si el análisis no se dirige al adulto ni tampoco al niño, sino que va dirigido al sujeto, podríamos apresurarnos a afirmar  entonces que la clínica con niños no porta especificidad ninguna. Entonces:¿Qué diferencia habría entre el trabajo con uno u otro y qué matices ubicaríamos en la posición del analista en un caso y en el otro?
Para Eric Laurent  la “grande personne” no es lo que habiltualmente se denomina adulto sino aquel que atravesó un análisis habiendo arribado a su fin, es aquella persona que se hace responsable de su goce. Por tanto, lo que marcaría una diferencia entre el niño y el adulto sería, más que su edad cronológica, su pasaje por o mejor dicho, su recorrido en un análisis.
Erik Porge da cuenta del discurso del niño como un” hablar a la cantonade”, un hablar a nadie en particular. ¿Corresponde efectuar una distinción en relación a lo que Jean Piaget nombra como  discurso egocéntrico? Sin dudas que sí. Pues sabemos que el niño siempre le habla al Otro, alguien que puede estar o no físicamente, pero de todas formas, configura la escena fantasmática del niño.
Sigmund Freud en "Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis" señala que en el psicoanálisis con niños “la transferencia desempeña otro papel puesto que los progenitores reales aún siguen presentes” esto quiere decir que siguen teniendo efectos estructurantes en el niño. Y agrega luego “suele ser necesario aunar al análisis del niño algún influjo analítico sobre los progenitores”.  
De este modo, la clínica con niños demuestra entre otras cosas, la necesariedad y no la contingencia del trabajo con los Otros aún presentes, pero además verifica la existencia del Otro y pone en evidencia los dos momentos lógicos de constitución del sujeto: alienación y separación.
El analista de niños trabaja con el niño pero también con sus Otros (padres, escuela, instancias judiciales) y esto difícilmente podamos elegirlo. No hay modo de pensar un análisis de niños sin la inclusión de al menos, algunos de estos otros. De hecho, serán los padres, quienes nos orienten respecto de cuál es la posición que ese niño ocupa en la pareja parental y es Jacques Lacan,  en “Dos notas sobre el niño” , quien afirma que “el síntoma del niño está en lugar de responder a lo que hay de sintomático en la estructura familiar”. También agrega que el síntoma en el niño o bien puede contener la verdad de la pareja parental o bien realiza la presencia  del objeto en el fantasma materno. Habiendo un mejor pronóstico en el primer caso que en el segundo.
Será la función del significante del Nombre del Padre producir a través de su intervención un desplazamiento respecto de  ese lugar  y será  tarea del analista producir una operación que equivoque los dichos parentales habilitando a que el niño pueda devenir un sujeto en la enunciación.
Si se logra en el transcurso de un análisis un movimiento que le permita comenzar a portar un decir propio, algo del acto analítico habrá operado.
Pues el síntoma al decir de Lacan, muestra lo que no anda, en el caso de los niños, lo que no anda entre sus padres o quienes estén cumpliendo dicha función.
El síntoma, en particular el síntoma infantil, tantas veces devaluado, atacado y sofocado,  tiene como condición su extimidad, pues resulta tan íntimo como ajeno y tan cercano como extraño  pero está allí cumpliendo una función que no es cualquiera.
Un síntoma es esencialmente subjetivante por tanto, no se tratará de conducirnos raudamente a su disolución sino de que aquel que se autorice como analista pueda leer a la letra este mensaje en transferencia.

Florencia Leila Fernández


Bibliografía:

Freud, S. “Nuevas conferencias de introducción al Psicoanálisis”, Conferencia 34. Tomo XXII, Amorrortu, Buenos Aires.
Lacan, J. “Dos notas sobre el niño” en Intervenciones y textos,  Manantial, Buenos Aires.
Lacan, J. “Problemas cruciales para el psicoanálisis”. Seminario XII,  Paidós, Buenos Aires.
Laurent, E: “Hay un fin de análisis para los niños.” Diva, Buenos Aires.
Porge, E. “Transferencia a la cantonade”, Revista Litoral 10



No hay comentarios:

Publicar un comentario