lunes, 24 de junio de 2019

"Beckett, Lacan y el without sense"


por Florencia Fernández


Elegí escribir sobre Samuel Beckett por varias razones pero seguramente fue esencialmente mi amor por el teatro lo que  causó este escrito.
De sus obras, tanto la estética como sus textos, han quedado resonando en mí desde la adolescencia: recuerdo a Alfredo Alcón escondido dentro de un gran cubo de basura en “Final de Partida”, del mismo modo fácilmente evoco el momento en que colaboré con el montaje de una de otra de sus obras, probablemente  la menos conocida pero no menos importante: “Qué,dónde” en un teatro de San Telmo. En este tiempo, recuerdo que aquello que me produjo cierta afectación en el cuerpo fue algo de la sonoridad de la repetición que quedó haciendo eco en mi, sin haber entendido demasiado de lo que allí ocurría. 
Por tanto, tomar a Beckett o que Beckett se deje tomar por mí, creo que es una buena idea.
Parafraseando a Jacques Alain Miller cuando habla de lo inevitable del ser analista, podemos afirmar que Samuel Beckett escribió, porque no sabía hacer otra cosa. No porque él creyera en su genialidad o porque pensara que escribir era algo fantástico. Más bien, escribir para él era algo del orden de la necesidad, algo que no podía dejar de hacer.
En su “Carta Alemana”(1937) podremos subrayar algunas cuestiones que allí se sitúan:“Ojala llegue el momento donde el lenguaje sea usado más eficientemente, donde se abuse de él, de un modo más hábil”
Aquí aparece la eficiencia y el abuso. Qué será abusar del lenguaje cuando de lo que se trata para él, está más del lado del vacío? Veremos luego, a qué refiere este “abuso”. Seguramente esté menos del lado del exceso y más cercano a la noción de “ llegar a un límite…”
Dirá más adelante: “cada vez más mi idioma se parece a un velo, que se debe rasgar para acceder a las cosas que están detrás”
Esta idea de rasgar el lenguaje, en algún punto es homóloga a la noción de abuso, entonces esta operación daría como resultado, acceder a algo  novedoso, revelador. Algo a lo cual no accedemos por la vía de lo simbólico.
El planteo beckettiano, encierra una contradicción: debe recurrir a la palabra para poder nombrar su necesidad de acceder a la despalabra . Pues entonces que un escritor presentea a la palabra como su enemigo acérrimo es cuanto menos una conmoción, un quiebre con dicho paradigma. El  recurso de la ironía y la repetición y la escansión se muestran una y otra vez a lo largo de sus producciones.
Beckett quiere llegar al hueso, a lo inaccesible pero más puro a la vez, es un modo de nombrar lo Jacques Lacan definirá luego como Real. 
Pensando en la función de lo escrito en Samuel Beckett¿ podemos afirmar que pretende en sus producciones algo similar a lo que  Jacques Lacan espera de un análisis ? 
Para adentrarnos en su lógica vayamos a su “Carta Alemana” y contextualicemos la misiva. Esta es una carta escrita a Axel Kaun en 1937 que refiere a otro escritor , llamado Ringelnatz. Según se desprende de la carta, Beckett se había comprometido a leer dicho autor y determinar si sus producciones eran valiosas. Si bien la carta refiere a ello, lo que en ella dice respecto al lenguaje es sin duda revelador. En ella afirmará “ Puesto que no podemos eliminarlo de una vez, al menos no queremos omitir nada que pueda contribuir a su descrédito”
El objetivo de Beckett era entonces quitarle crédito a la palabra, despojar de sentido, efectuar una deconstrucción del lenguaje. No hay sentido último, no hay un modo de poder decirlo todo. 
Dice Lodge :“algunos escritores modernos como Gertrude Stein y Samuel Beckett aspiran a la condición de afasia” , podríamos conjeturar que el objetivo sería arribar al silencio . Sitúa Laura Cerrato en su libro que  el fenómeno beckettiano no sería “ ni los fuegos artificiales de los surrealistas ni la apariencia de caos complejo del discurso joyceano…”
Esta operatoria se dará como antítesis a la de James Joyce, de éste dirá el mismo Beckett, que sus trabajos son “  la apoteosis de la palabra”. Como una búsqueda de proliferación de sentido, Joyce apunta a la belleza de la lengua, juega con ella por puro placer y encuentra en ella además un modo de localizar su goce, un modo de hacer lazo, su synthome. Podríamos decir que a Joyce la escritura lo salva.
Entonces  podemos acercarlo a Lacan, cuando en el texto “Lituraterre”, afirma:“Confesarlo o pronunciarlo a la antigua, el haber que Beckett contrapone al debe que hace desecho de nuestro ser, salva el honor de la literatura y me libera del privilegio que creía tener  por mi posición” y más adelante referirá la letra como una tachadura.
Un Lacan beckettiano, que piensa a la letra como un resto, un residuo, un desecho o tachadura, reduciendo a ello la función de la escritura : La palabra debe vaciarse para dar lugar a lo nuevo, lo original, lo más genuino, lo que bordea delimitando un agujero que podríamos denominar  Real.
En el Seminario XVI, Lacan  define a “la enseñanza  psicoanalítica como un discurso sin palabras”… parafraseando al “Acto sin palabras” escrito por Beckett en 1956. 
En “La Tercera”,  se refiere al fracaso como garantía de que el psicoanálisis triunfe, nos remite a aquella frase beckettiana: “inténtalo otra vez, fracasa de nuevo, fracasa mejor”Lacan con Beckett nos habla de un análisis del cual damos cuenta por su fracaso, un significante al cuál que accedemos por lo no dicho.
Recordemos aquel texto de Beckett, que nos puede hacer dudar respecto de a quien atribuirle su autoría: 
 “ Alguien ha dicho qué importa quién habla... todo es falso, no hay nadie, está claro, no hay nada, basta de frases, seamos burlados, burlados por los tiempos, por todos los tiempos, esperando que pase, que todo haya pasado, que las voces callen, no son más que voces, embustes. Aquí, marchar de aquí e irse a otra parte, o permanecer aquí, pero yendo y viniendo...”
Si pensamos a la letra como lo irreductible, lo que está en el final, el significante de goce, es aquí  mismo donde Samuel Beckett quería arribar.
El camino a recorrer junto a ellos me atrevo a afirmar, será más que el del “nonsense “el del “without sense”, el intento no es de alcanzar el absurdo, no apunta a romper con el sentido tradicional y otorgarle uno nuevo, como bien podría atribuírsele a Marcel Duchamp con su “descontextualización” . De lo que se trata aquí es de otra cosa, de apuntar a que quede agotado o vaciado de todo sentido posible, emergiendo allí finalmente, una pura letra.  


Referencias Bibliográficas:


-Beckett, Samuel:Carta Alemana”en Beckettiana 5,Bs As Facultad de Filosofía y Letras, UBA, Buenos Aires, 1986
-Eidelberg, Alejandra Letras poéticas y lecturas lacanianas” Buenos Aires,Tres Haches, 2014. 
-Miller, J.A. Prólogo de Otros Escritos, Buenos Aires,Paidós, 2001
-Lacan,J .Lituraterre”  en “Otros Escritos”, op.cit
-Lacan,J. “La Tercera”, en  http://www.valas.fr/IMG/pdf/jlacan_la_tercera.pdf  ,1974
-Cerrato, L. “Beckett: El primer siglo”Buenos Aires, Colihue, 2007
-Cerrato, L. Génesis de la poética de Samuel Beckett.Apuntes para una teoría de la despalabra”, Bs As .1999.



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