Este momento que estamos
atravesando es inédito en la historia de la humanidad, casi todo el mundo a la
vez recluido desde sus hogares, haciendo aislamiento. Esto nunca pasó y esperemos
que por lo menos en nuestras vidas no vuelva a pasar. Hay dos categorías que
son el tiempo y el espacio que
actualmente se encuentran alteradas o revisitadas por decirlo de alguna manera,
y que por lo tanto merecen ser revisadas bajo este contexto actual. El TIEMPO actualmente es un continuo de
permanentes domingos por así decir, todos los días son iguales, o “every day is
like Sunday”, como el tema de Morrisey, o como esa película llamada “El día de la
marmota” en Argentina, esa del periodista que va a cubrir un evento a una
ciudad con el menor interés y queda atrapado en el mismo día una y otra vez. Es
excelente esa película si no la vieron les sugiero, quizás no da una idea de
qué hacer con el tiempo ahora. De hecho hay en youtubbe un video de ese tema de
Morrisey con imágenes de esta película.
Y la cuestión del ESPACIO también nos lleva a qué
pensemos esta cuestión ya que el espacio hace que pensemos en los límites del
interior y el exterior. El consultorio de un psicoanalista es un “exterior”
pero también es un “interior”, un lugar EXTIMO decimos los psicoanalistas, es
decir, un interior-exterior como en banda de Möbius para los pacientes. Es
decir, el analizante cuando va al consultorio de su analista va a un lugar de
afuera, externo pero que a la vez le pertenece porque allí encuentra su
“interior”. Por eso les decía que el consultorio tiene la figura de banda de Möbius,
de exterior-interior y a eso llamamos EXTIMO los psicoanalistas, es la idea de
extimidad.
Entonces tenemos un TIEMPO en continuo actualmente y un ESPACIO difícil de delimitar,
particular en estos momentos ya que lleva al espacio VIRTUAL en el cual
transcurren las sesiones de psicoanálisis en estos momentos. Ahora hay que ver
si todos los pacientes tienen la comodidad del “cuarto propio”, así se llama un
texto de Virginia Woolf, para poder establecer una llamada o videollamada y
poder hablar de su “intimidad”. Sobre
este aspecto escribí un texto para el blog que hacemos con otros amigos
psicoanalistas, blog que se llama EXTREMIDADES (link).
Para romper con ese continuo que
les decía es que resulta fundamental la idea del CORTE, que es otro concepto
que van a encontrar varias veces en Lacan y abordado desde distintas
disciplinas, por ejemplo la topología. En relación a lo anterior que les decía
para que salir de lo continuo del TIEMPO es necesario el CORTE al igual que con
la categoría del ESPACIO. Lo que delimita un adentro y un afuera es el CORTE
que es necesario establecer, es como si ahora estuviésemos sufriendo por el
permanente continuo, por la dificultad de establecer un CORTE. El corte tiene una función principal en el psicoanálisis ya que permite delimitar una superficie y, a su vez, la enseñanza que se desprende de esto es que a partir de que hay un corte hay un resto que cae (sobre esto volveré al final de mi charla). Enotnces les decía que la dificultad
de establecer un CORTE ahora también tiene que ver con ¿cuándo vamos a salir de
esta cuarentena? Y ¿Cómo vamos a salir de esta cuarentena? Hay distintos artículos
que circularon de grandes filósofos contemporáneos que a mí me gusta leerlos:
desde Badiou, Zizek, Byung-Chul Han, Jean-Luc Nancy y Paul Preciado,
principalmente, están reunidos todos en una publicación que salió hace muy
pocas horas y que se denomina “Sopa de Wuhan” (aquí). No les voy hacer un comentario
de cada uno, no es mi propósito ahora. Pero para articular con lo que dije anteriormente
me gusta la idea de Paul Preciado [este artículo específicamente me interesa] quien bajo una perspectiva foucaultina dice
que cada sociedad disciplinaria, postdisciplinaria en realidad, construye un
tipo de enfermedad acorde al disciplinamiento que se quiere ejercer en esa
sociedad. El artículo de Preciado dice: “Dime cómo tu comunidad construye su soberanía política y te diré qué
formas tomarán tus epidemias y cómo las afrontarás”. A mí me parece
buenísimo este artículo de Paul Preciado ya que plantea múltiples problemas,
hay algo incluso medio exagerado esperemos en lo que ella comenta, planteando
el tema de las máscaras, algo que me interesa mucho en estos momentos porque
estoy escribiendo sobre eso en función a las masculinidades, pero volviendo a su artículo llega a plantear incluso que
nuestro límite se reducirá cada vez más hasta llegar a nuestra piel. En función de estos artículos y específicamente
del artículo de Paul Preciado que me parece fundamental, me preguntaba qué podemos decir nosotros o qué es
pertinente para nosotros decir, desde el psicoanálisis, y creo que una de las cuestiones más importantes es poder indagar sobre los vínculos
libidinales en estos momentos y cómo resultarán los mismos postcuarentena. Y en este sentido creo que
después de esta cuarentena no vamos a salir mejores, como algunos optimistas
plantearon sino que al contrario, vamos a salir más paranoicos con el otro, más
atemorizados, etc. Me dirán que soy
pesimista pero el otro día pensaba ¿cómo vamos a volver a un consultorio, por
ejemplo, de un odontólogo? A abrir la boca a un lugar donde circulan otras
personas, posibles transmisores de ese virus. ¿Ese virus desaparecerá del todo?
¿Cómo volveremos a abrazarnos? Para bailar, para saludarnos, etc. Bueno, no
quiero ser tan bajón, es sábado a la mañana, así que por ahora dejó acá estas
cuestiones. Nosotros al dictar este curso virtual de este seminario de Lacan
estamos haciendo una apuesta por EROS, pero es imposible
que no nos preguntemos si la erótica en el campo de las relaciones libidinales
no se verá trastocada, en sí, se intensificarán las defensas del sujeto, etc.
Hacia el final vuelvo sobre esto pero por ahora ya es suficiente como introducción.
Gabriel Germán Artaza Saade.-
(Apertura de la clase del 04-04-20 vía Zoom)
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